Se trata de un vaso con borde apuntado y recto, levemente engrosado al exterior y biselado al interior. Cuerpo de tendencia cilindrica, cuyo diámetro máximo se sitúa en el tercio inferior. Fondo umbilicado. llene dos pequeñas asas verticales en el tercio superior.
Cerámica. Sala V. Vitrina 8. Tumba 400 Campaña 1977; H: 60 cm; Db: 24 cm; C. 375-350 a.C Nº Inv: 4253 tris |
En
el cuerpo del vaso, debajo de un friso de báculos esquematizados, se
desarrolla la decoración principal y única hasta el momento, en el
catálogo de la cerámica ibérica pintada.
Está
formada por una conjunción de motivos geomorfos: granadas con seis
frutos, elemento arboriforme o quizá una palma, puesta de valla con
granadas o signos arborescentes con báculos; laberintos y una serie
muy curiosa de puñales triangulares típicamente ibéricos en dos
versiones, bien de antenas atrofiadas, o con empuñaduras de frontón.
El
conjunto decorativo nos traslada a un mundo de naturaleza por un lado
real, ejemplos de generosidad de la tierra, como los granados con
frutos maduros, pero también se entremezcla con visiones
imaginarias, principalmente simbólicas, como los laberintos que nos
introducen, con su ejecución derecha-izquierda e izquierda-derecha,
en el más allá.
Este
vaso fue utilizado como urna cineraria en el enterramiento, cuyo
ajuar era de carácter masculino con abundantes armas. La urna fue la
única representación cerámica en el ajuar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario